Los
obispos del NOA hemos celebrado nuestra reunión anual, que ha tenido lugar este
año, en la localidad de Santa María, Prelatura de Cafayate, desde el 27 de
febrero al 1ro de marzo, para reflexionar y orar acerca de la misión que nuestro
Señor Jesucristo nos ha confiado.
Agradecemos
a cuantos nos han acompañado con su oración en estos días de encuentro, para
discernir a la luz del Espíritu Santo, la vida de nuestras comunidades,
particularmente, las diversas propuestas para celebrar en nuestra región el Año
de la Fe, convocado por el Papa Benedicto XVI, así como distintos temas
relacionados con la evangelización en el marco de la Misión Continental: la
organización de la catequesis, la presencia de la Iglesia en el mundo juvenil y
la familia.
En
ese contexto, hemos considerado los recientes acontecimientos de tensión social
y violencia, vividos en distintos lugares de nuestra Región y conocidos por
todos. El compromiso con la ecología ambiental y humana constituye una
responsabilidad para todo cristiano. La dignidad de la persona humana, la
necesidad de preservar la Creación, nuestra casa común, y sus recursos (tierras,
agua, bosques, minerales) así como la vida de los pueblos, nos motivan a dar
nuestro parecer sobre la problemática relativa a las inversiones mineras,
petroleras y agroindustriales.
Al
enfocar esta temática, consideramos importante señalar cuanto sigue:
1.
Debemos
como sociedad, buscar la verdad objetiva que subyace a esta cuestión planteada y
que debe ser esclarecida por quienes tienen el conocimiento técnico y
científico, no involucrados con los sectores interesados.
2.
Tratándose
de una realidad que afecta gravemente a la persona humana, a su salud, a su
futuro y a la sociedad, las instituciones políticas y sociales han de llevar a
cabo el debate que ello supone, a partir de un diálogo veraz y
sincero.
3.
En
estos temas, pedimos al Estado que ejerza estas funciones:
-
Asegurar
desde el principio la información completa, la consulta y
la participación de las
comunidades afectadas por dichas inversiones;
-
Supervisar
las investigaciones preliminares, las exploraciones, la equidad en los acuerdos
económicos y la salubridad de los procesos de extracción;
-
Garantizar
una provechosa participación de los pueblos en la distribución de los beneficios
y la trasparencia económica de estos emprendimientos;
-
Velar
por los legítimos intereses del Estado nacional y de las provincias.
-
Revisar
la legislación, actualizar sus contenidos en función de los cambios que se han
operado en la realidad, e informar convenientemente a la población para que
conozca el desarrollo de esta temática que debe constituir política de
Estado.
4.
El
daño ambiental, cultural y social que se hubiera causado, a partir de estos
emprendimientos y sus consiguientes actividades, exige en términos de justicia,
la reparación proporcionada a los efectos padecidos por nuestro pueblo, lo cual
tendrá que ser determinado por las leyes que oportunamente deberán dictarse en
esta materia.
Al
concluir este mensaje, queremos expresar nuestra cercanía con todos nuestros
hermanos, especialmente los más indefensos y aquellos que trabajan por la
justicia y la paz con rectitud de corazón.
Invocamos
la bendición de Dios y la protección maternal de nuestra Madre, la Virgen, sobre
nuestras comunidades, sus familias y ciudadanos, para que el Señor nos conceda
aquella inteligencia creativa puesta al servicio del bien común, la solidaridad
que nos hermana en las necesidades y la audacia para superar los intereses
personales y de sector, para procurar el pleno bienestar de todos.
En
Santa María, Prelatura de Cafayate, el 1ro. de marzo de 2012.
Los
obispos del NOA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario