Lunes 11 de junio de 2012 | Fundación Marista
Estas son las principales acciones que
los hermanos maristas desarrollan en la Misión Nueva Pompeya, en Chaco
Un grupo de hermanos maristas se instalaron a fines de
1979 en Misión Nueva Pompeya, Chaco, con el férreo propósito de acompañar a las
familias wichis de los diferentes parajes para mejorar su calidad de vida a
través de un sinfín de proyectos de desarrollo social.
Así, con el respaldo de la Fundación Marista -que
apoya las actividades de todos los hermanos maristas en el país-, continúan
trabajando hasta la fecha en este lugar, olvidado para muchos, convencidos de
que siempre es posible dar un poco más.
El hermano Martín Jacob llegó al lugar hace 30 años
para ponerse a disposición de los pobladores, que en ese momento sufrían la
falta de tierras por el avance agropecuario en la zona: "Al poco tiempo
que llegamos realizamos un catastro para conocer los límites del territorio que
les correspondía a los aborígenes según un decreto del presidente Julio A. Roca
que no se cumplía. Los wichis, y especialmente los más pobres, se estaban
quedando cada vez con menos tierras", dice Jacob. Luego de un sinfín de trámites,
en 1992 lograron la adjudicación de una reserva de 20.000 hectáreas para los
indígenas.
Otro de los sellos que dejaron la labor de los
hermanos maristas en el territorio son las casas y escuelas construidas con
techo de cinc con canaletas y un tubo de plástico que baja desde allí hasta un
aljibe con el propósito de juntar agua de lluvia, y así solucionar, de forma
temporal, la necesidad de agua potable. Además colaboraron para que a este
municipio llegaran otros servicios, como la electricidad y el agua corriente.
También desarrollaron proyectos relacionados con la inclusión laboral de los
aborígenes que permitieron un mayor entendimiento de la identidad y la cultura
propia de los wichis.
Pero para una descripción acabada de su huella en el
lugar es necesario incluir su obra educativa. Los primeros hermanos crearon la
escuela Cacique Francisco Supaz en el paraje del Sapo en Nueva Pompeya en 1994,
al advertir la situación de que muchos chicos de esa zona no asistían al
colegio. Esta escuela pública de gestión privada tuvo desde un primer momento
la impronta de "que se enseñara teniendo en cuenta la cultura wichi",
explica Julio Zanuttini, profesor de noveno año de la escuela.
Además de la creación de la escuela, que en dos años
contará con secundario completo, actualmente cuentan con un abanico de
propuestas de contención para la comunidad. Entre ellos una radio a disposición
de las inquietudes de la comunidad wichi o un grupo de jóvenes donde se brinda
en espacio de recreación, clases de catequesis y apoyo escolar.
Para colaborar con la Fundación Marista pueden
comunicarse al: (011) 4814- 5449 o escribir afundacion@maristas.org.ar .
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