25 de octubre de 2012
Por: ENOTPO
El viernes 19 de octubre de
2012 en el suplemento “Las 12” de este diario, salió publicada una
entrevista realizada por Irupé Tentorio a Silvia Ramírez, abogada y
presidenta de la Asociación de Abogados de Derecho Indígena (AADI).
Dicha entrevista tergiversa la realidad territorial y falta a la
honestidad profesional tanto por parte de la entrevistada como de la
entrevistadora. A partir de la lectura de dicha nota nos surgieron los
siguientes interrogantes y reflexiones que, esperamos, sirvan para dejar
en claro la postura de las Organizaciones Territoriales de los Pueblos
Originarios ante la explosión de opiniones de los denominados
“especialistas”.
¿Cómo se conformó la AADI?
Las
organizaciones indígenas nos propusimos como objetivo fundamental para
la construcción de un Estado Plurinacional, no dejar nunca más la
política indígena en manos ajenas y avanzar en la “gestión indígena en
manos de los pueblos indígenas”. Para ello emprendimos la construcción
de espacios con participación política indígena y asumimos el desafío de
fortalecer nuestros procesos orgánicos en cada territorio. En este
marco, en noviembre de 2008 se realizó el “Encuentro Nacional de
Abogados especialistas en Derecho Indígena”,impulsado por las
organizaciones territoriales, y gestionado a través de la Dirección de
Pueblos Originarios y Recursos Naturales (SAYDS), a cargo de Roberto
Ñancucheo, Werken de la Confederación Mapuche de Neuquén.
En
dicho encuentro fueron convocados juristas afines a nuestra lucha,
contando entre otros, con la presencia del Dr. Eugenio Zaffaroni, con el
objetivo de reunir un equipo de técnicos en el derecho indígena, para
que pusieran esta herramienta y sus conocimientos a disposición de los
procesos de los Pueblos Originarios, como un modo de hacer frente a las
situaciones adversas, de desigualdad jurídica y desamparo territorial.
Como resultado de esta convocatoria se creó la Asociación de Abogados de
Derecho Indígena (AADI).
Llama la atención que un espacio
surgido del seno de la construcción política de las organizaciones
indígenas, una vez conformado, pretenda desconocer a aquellos quienes le
dieron mandato y existencia.
¿En nombre de quién habla la abogada Silvia Ramírez?
Con
una doble ética, esta técnica, dice defender el derecho a la autonomía
de los Pueblos Originarios mientras que en la práctica desconoce las
definiciones políticas tomadas a través de nuestras instituciones
legítimas.
En un sistema democrático como el que rige en nuestro
país, en el que cada sector tiene la posibilidad de expresar su postura
política libremente, resulta una total falta de honestidad que una
abogada, por más “especialista” que sea, haga utilización del Derecho
Indígena para plantear su desacuerdo personal con el gobierno nacional,
organizando movidas de prensa y políticas a contramano de nuestras
definiciones, mientras en los hechos continúa llenándose los bolsillos a
costa de nuestros conflictos.
Pareciera que estos expertos en la
materia necesitan el eterno conflicto para existir, su razón de ser es
el vivir a costas de nuestras miserias y necesidades.
¿Qué
legitimidad tiene la palabra de una abogada que desconoce y niega el
proceso organizativo, las instituciones legítimas y las definiciones
políticas de los Pueblos Originarios?
Durante muchos años
nuestras intervenciones políticas y nuestra lucha se encontraron
marcadas por la falta de reconocimiento en el Estado argentino, lo cual
limitaba nuestra capacidad de acción como sujetos de derecho colectivo.
Este escenario a favorecido siempre a los gobernantes de turno, a los
terratenientes, a la oligarquía y a la iglesia, sectores que han
intentado invisibilizar y manipular nuestra participación, en pos de sus
intereses individuales.
Durante los ΄90 las políticas impuestas
por el FMI y el Banco Mundial a través de los gobiernos neoliberales
propiciaron el ingreso de empresas multinacionales en nuestros
territorios, a la vez que ofrecían soluciones superficiales a través de
los organismos internacionales para el desarrollo, quebrantando la
soberanía nacional y aumentando los niveles de desigualdad y conflicto.
No obstante nuestra organización y lucha condujo a que la reforma de la
Constitución Nacional del año 1994, reconociera nuestra preexistencia y
derechos fundamentales, sin embargo, esta reforma de corte neoliberal,
también implicó un gran retroceso respecto a la soberanía nacional sobre
los recursos naturales.
Este largo proceso de lucha y
militancia, nos ha dado la experiencia suficiente para entender que
desde el 2003 el escenario político de Argentina y en la región ha
cambiado, y que para generar transformaciones reales para nuestros
pueblos, es necesario que tomemos en nuestras propias manos la política
indígena. Las organizaciones que somos parte del Encuentro Nacional de
Organizaciones Territoriales de Pueblos Originarios – ENOTPO, haciendo
ejercicio de nuestra autonomía y Libre Determinación, asumimos ese
desafío y nos propusimos participar de manera activa y propositiva,
conforme al mandato y responsabilidad que nos dan en nuestros
territorios.
¿A quién se refiere Silvia Ramírez cuando dice que
los “Pueblos Originarios” no están conformes con la Reforma y
Unificación de los Código Civil y Comercial?
Como bien sostiene
la Sra. Ramírez durante la entrevista, los Pueblos Originarios no somos
un todo homogéneo. En argentina somos 38 pueblos, que tenemos en común
la preexistencia al Estado, una historia de despojo y exterminio físico y
cultural, que empezara con la colonia, la iglesia y continuara con la
creación de los estados nacionales. Esta realidad que nos une, refuerza
nuestra propuesta de organizarnos para incidir políticamente, y difiere
ampliamente de la idea folklórica de una “hermandad con la tierra”, como
sostiene la abogada, en un claro intento de despolitizar nuestras
luchas.
El actual Código Civil entró en vigencia al mismo
momento que se emprendía el genocidio y despojo territorial denominados
“campaña al desierto”. Actualmente el impulso del gobierno nacional ha
planteado una reforma del mismo que incluye la incorporación del derecho
colectivo de los Pueblos Originarios, lo que significa un cambio de
paradigma y una nueva herramienta de aplicación directa de nuestro
derecho en las diversas situaciones territoriales. Es por esto que las
organizaciones nucleadas en el ENOTPO, venimos acompañando dicho proceso
y hemos elaborado
nuestra propuesta con el objetivo de incidir
en el articulado, sosteniendo y ampliando el nivel del Derecho Indígena,
reconocido en la Constitución Nacional. En este sentido desde este
espacio, elegimos el camino de la participación y la propuesta sin
renunciar a ninguna de nuestras demandas históricas, y no de la “queja”,
y desde esta lucha y militancia salir a conquistar nuestros derechos.
Las
decisiones políticas tomadas en el marco de nuestras organizaciones,
son producto de un proceso que se no se inició ayer, ni con nosotros, y
que aún le queda mucho por avanzar. Pero hoy sí nos toca a nosotros,
autoridades y referentes delegados por nuestros pueblos, la enorme
responsabilidad de dar respuestas a ese mandato. Promovemos la
Interculturalidad como una herramienta fundamental que permite
consolidar la presencia y participación de los Pueblos Originarios en
espacios de definición política para garantizar la aplicación de
nuestros derechos, dando pasos firmes hacia nuestra autonomía como
Pueblos preexistentes.
En este sentido, nos proponemos avanzar
en un diálogo serio con el gobierno y en conjunto con otras
organizaciones sociales y políticas, apostando a la construcción de un
Estado Plurinacional, soberano, con justicia social y reconociendo la
diversidad cultural con igualdad.
Es por esto que los espacios
dentro del Estado ocupados por el ENOTPO, son producto de decisiones
políticas tomadas desde los territorios, con la representación de más de
45 organizaciones territoriales indígenas y 26 Pueblos conformados por
mas de 1000 comunidades.
Es llamativo que con la
representatividad que posee este espacio, nuestra definición de
establecer un diálogo con el gobierno sea ninguneada y subestimada, a
partir de una lectura que no hace más que revivir el prejuicio
estigmatizante de nuestra “incapacidad” política y organizativa. Al
parecer, necesitan que sigamos ocupando el lugar de “objeto” para poder
seguir siendo las “voces autorizadas”, posicionándose como referencias
en sus propios ámbitos políticos y profesionales.
Asimismo, nos
encontramos con que una vez más, los medios recurren a los
“especialistas” o retoman la palabra de la Iglesia (ENDEPA) para
(des)informar a la sociedad acerca de nuestros pueblos, evitando
consultarnos sobre nuestra propia realidad territorial. Entonces ¿Quién
es el que confunde y desinforma? El monopolio de Clarín miente pero ¿qué
pasa con el resto de los medios…?
Esta práctica, tanto desde
los medios que nos invisibilizan, como de los “expertos” que pretenden
hablar por nosotros, es deshonesta, no respeta a nuestras
organizaciones, silencia nuestra palabra, oculta nuestro proceso
organizativo y nuestra realidad territorial y reproduce una mirada
colonialista y prejuiciosa, desconociéndonos como sujetos políticos e
interlocutores válidos.
Hoy la voz y la definición esta en
nosotros, los Pueblos Originarios, en nuestras autoridades
tradicionales, en nuestros territorios. Hemos retomado la palabra en
primera persona y no pedimos que nos den una mano, sino que nos saquen
la mano de encima. Es posible que a algún sector le moleste y en ese
sentido tampoco es nuestra culpa el mal acostumbramiento, pero
reafirmamos que los mejores especialistas para hablar del derecho
indígena somos los Pueblos Originarios. No hay un técnico que pueda
hablar mejor que nuestras autoridades sobre el derecho indígena, sepa
castellano o no, tenga conocimientos técnicos o no, porque nosotros
vamos
a ser cuidadosos no solo de la cuestión conceptual, sino de la
respuesta que en la práctica debemos dar día a día a nuestros Pueblos.
Necesitamos
“técnicos” que respeten nuestras instituciones, nuestra forma de
organización y a nuestras autoridades tradicionales. Poniendo a
disposición la herramienta para acompañar nuestra propuesta política,
nuestra lucha histórica y sobre todo que tengan la honestidad y la
humildad de escuchar y aprender, para caminar junto a nosotros, poniendo
en práctica una real Interculturalidad.
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